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jueves, 16 de julio de 2015

El Valle del Chota prepara su carnaval


ALEGRÍA. La fiestas del carnaval se avecina, y con ello la participación masiva de la población imbabureñas y sus sectores aledaños.

Ibarra. Como cada año, la algarabía y colorido que impone la población afrochoteña se pone a punto para el festejo y este 2015 no será la excepción.
Desde el segundo fin de semana de enero, la población de esa zona de la provincia de Imbabura arranca con los preparativos para la fiesta de carnaval, en la que habrá música, danza, artistas invitados y variada diversión.

Son 13 años consecutivos en los que el Comité Coangue, la Fundación Piel Negra, con el apoyo de los pobladores e instituciones públicas y privadas, organizan la fiesta del carnaval en las riveras del Río Chota.
Para ello, personal de la empresa privada, que se asienta en esa localidad, como es Panavial, a colaborado con el removimiento de tierra y ampliación. De igual manera, los comerciantes, posteriormente, edificarán sus locales para ofrecer la gastronomía tradicional del sector, artesanía y más.



Jorge Lara, coordinador general del carnaval Coangue en el Valle del Chota, destacó que es un esfuerzo del directorio compuesto por 12 personas. “El único objetivo de la realización de este evento es que la ciudadanía en general conozca las diversas manifestaciones culturales del sector y de esa manera también ayudan a mejorar la situación económica de varias familias que se asientan en esta localidad”, acotó.

Serán tres días de festejo. Empezará el domingo 15 de febrero, al mediodía, con un festival artístico y musical, que contará con la presentación de los exitosos grupos musicales de las Cuencas del Río Mira y Chota. Esta parte del programa se extenderá hasta las 22:00.

La invitación también se extenderá a los pueblos Caranquis, para que acudan a ofrecer sus artesanías, y para artistas de música rock, hip hop, latinoamericana, entre otros géneros, con el objetivo de exponer la multiculturalidad que tiene la provincia de Imbabura.

“La agenda está en construcción”, detalló Lara. Sin embargo, adelantó que el sábado 14 de febrero habrá una actividad cultural como para abrir la alegría carnavalera, mientras que el domingo, las horas de la mañana, se destinarán a la practica deportiva: aeróbicos, campeonato de voley playero…
Luego se procederá a la degustación de la gastronomía, la exhibición de peinados tradicionales y en la tarde se elegirirá a la Señorita Coangue 2015. (APLA)




Dato

El plan de contingencia se está elaborando. En este intervendrán todos los organismos de socorro para la seguridad de los asistentes.

Tome nota

La programación organizada en el Valle del Chota, por el feriado de carnaval, convoca a cerca de 100 mil personas que acuden de distintos rincones del país y del exterior.

Cifras

30 mil dólares maneja la organización para plasmar la fiesta del carnaval en la zona cálida de Imbabura.




EL VALLE DEL CHOTA EN 1960



Un replanteamiento de la bomba del valle del Chota 1305 Un estudio sobre el género de la bomba resultó en el rediseño del instrumento homónimo. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO COMPARTIR 373 4 VALORAR ARTICULO Indignado 2 Triste 8 Indiferente 1 Sorprendido 0 Contento 4 Diego Ortiz Redactor. (F-Contenido intercultural) 17 de febrero de 2015 20:38 La bomba se encuentra en peligro de extinción. La desaparición progresiva de los músicos y de los fabricantes de este instrumento típico del valle del Chota (Imbabura) deja un saldo negativo en la tradición sonora de esta zona del país. En la conferencia La bomba del Chota: música y danza, dictada hace poco en la Casa de la Música, el músico e investigador Estéfano Lovato, quien actualmente realiza sus estudios en Brasil, presentó un estudio sobre el pasado y el presente de la bomba. La finalidad es tan obvia como compleja: ¿hacia dónde se dirige la bomba? Una pregunta que se plantea con una carga musical, social, histórica e, incluso, política y económica. Para entender el planteamiento de Lovato hay que partir desde el hecho meramente histórico. A finales del siglo XVII llegaron los primeros africanos a la zona del Chota, traídos como esclavos para trabajar en las haciendas jesuitas. En este momento se da el primer choque cultural al interior de esta comunidad. Su pasado se vuelve presente y se plasma, entre otros ámbitos, en la música. Con las plantas locales como la balsa lograron construir instrumentos similares a los que utilizaban en África. Así revivieron su historia musical.


Un estudio sobre el género de la bomba resultó en el rediseño del instrumento homónimo. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO



 El cántico y la percusión, en el caso de la bomba, se convierten en elementos esenciales para narrar oral y artísticamente la realidad en la que están insertos. De hecho, varios de los cánticos transmitidos hasta la actualidad son reminiscencias de la vida en las haciendas, de la explotación en los campos o de las dinámicas sociales. Ahora bien, la desaparición de fabricantes y de músicos de bomba no solo perjudica este género musical y instrumento. Con esta pérdida también está en juego el pasado del pueblo afroimabureño, que ha plasmado la memoria de sus antepasados a través del sonido. Ampliar Segundo Cristóbal Barahona es uno de los últimos fabricantes de bombas. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO En una forma de mantener vivas estas tradiciones sonoras, Lovato presentó en la Casa de la Música una nueva versión de la bomba. Una especie de bomba 2.0, cuyo diseño mantiene lo propuesto por la comunidad afro, pero que en la manufactura incluye nuevos elementos (maderas tratadas, cuero de vaca, metal...). Esta pieza fue elaborada en Quito por Félix Albán y es la concreción entre las técnicas modernas y tradicionales en la fabricación de instrumentos. Al igual que lo que sucedió con el cajón peruano, el cual logró su internacionalización gracias a sus nuevos diseños e inclusión en géneros como el flamenco, por parte de Paco de Lucía, la intención ahora es que la bomba encuentre nuevos caminos para su uso y difusión. Según Lovato, ya se está elaborando una segunda bomba en los talleres de Albán. Él espera que en los próximos modelos se puedan insertar tensores, para así regular las cuerdas que unen a los parches (superficie de cuero que toca el músico para producir el sonido). Este es uno de los elementos que ayudará a que el instrumento adquiera un carácter comercial. Sin embargo, queda una cosa por resolver: la oralidad de la bomba. El desarrollo del instrumento debe ser el detonante del rescate de esta música ­afroimbabureña. En contexto En la conferencia La bomba del Chota: música y danza, el investigador y músico Estéfano Lovato expuso la panorámica de este género e instrumento en la actualidad. Como parte de su exposición presentó una nueva versión de la bomba, realizada por Félix Albán. El último guardián de la Bomba fue homenajeado La bomba del Chota llegó a Nueva York Los instrumentos Parches Tradicionalmente son de cuero de chivo. Los de Albán están realizados con cuero de vaca. Piola  El trenzado del Chota es firme. El hecho en Quito, en cambio, puede ser reajustado según lo que desee el músico. Vaso En Imbabura se construye con ­madera de chaguarquero o balsa. En la nueva versión se usan maderas tratadas. Aros La bomba del Chota utiliza cabestros para sujetar los parches. El diseño quiteño usa cuerdas de metal para este fin. Oído Históricamente ha tenido una forma cuadrada. Pero ahora se la ha diseñado como un orificio circular.

Segundo Cristóbal Barahona es uno de los últimos fabricantes de bombas. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO


antiguos

Congos del Valle del Chota

Juan Carlos Morales

Juan Carlos Morales

Entre las hendiduras de los barcos negreros se colaron las evocaciones de atabales y tambores. Del África no desembarcaron los instrumentos, pero vino la memoria. En medio de grilletes y cadenas perduraron los antiguos cantos, en un contrabando de murmullos. Hablaban del cambio de las estaciones, de los rituales de paso, de la vida y la muerte, de la piedad y el heroísmo, del sueño y el sexo, de la siembra y la cosecha, en la tierra de los leones.
Los primeros negros africanos, como se decía en la colonia, fueron traídos como esclavos al Valle del Chota, merced a su adaptación al clima porque los indígenas morían agobiados del calor y el paludismo. En 1586 trabajaban en los algodonales, frutales y viñedos, estos últimos erradicados y llevados a Ica y Callao. Sin embargo, serían los curas jesuitas, en 1610, quienes introdujeron a estos pobladores arrancados directamente de las sabanas donde pacen los elefantes.
Los negros de Esmeraldas tuvieron mejor suerte: un barco encalló y se escaparon, hasta que se toparon con el hombre blancoLos jesuitas, como señala Rocío Rueda Novoa, “pasaron a formar parte de las redes de comercio de esclavos de las compañías negreras, a fin de importar esclavos negros directamente de África”. Afirma que en 1690 compraron a los primeros carabalíes provenientes del golfo de Biafra; más tarde, en 1695, llegaron los primeros congos de África Central: “Hacia 1850, el 34 por ciento de los esclavos existentes en la provincia de Imbabura aún mantenía los nombres de origen africano, tales como carabalí, congo, mina y mondongo”. A muchos les adjudicaron el apellido del amo, más para reconocerlos, como una suerte de marca que no recibía herencia.
Los negros de Esmeraldas tuvieron mejor suerte: un barco encalló y se escaparon como náufragos fugitivos hasta que, como siempre, se toparon con el hombre blanco.
Entre las 132 haciendas y propiedades de los jesuitas, en el actual Ecuador, nueve se encontraban en el sector del antiguo Valle de Coangue: Caldera, Carpuela, Chalguayaco, Chamanal, Concepción, Cuajara, Pisquer, Santa Lucía y Tumbabiro, donde ocho estaban destinadas para la siembra de caña de azúcar y tráfico de aguardiente, como bien señalaba el obispo de Ibarra, Federico González Suárez. Aquiles Pérez investigó que, en la época, existían 1760 esclavos traídos del continente del ébano.
No les fue mejor a los esclavos afros con la expulsión de los jesuitas, en 1767, porque pasaron –como si fueran bienes muebles– a la administración de la Junta de Temporalidades de la Corona española y, años después, a la venta de particulares, que eran peores que los jesuitas, porque –con el fin de ganar más dinero– aumentaron la presión sobre los esclavos.

miércoles, 15 de julio de 2015

Bomba del chota


Bomba del Chota

La Bomba del Chota es un género musical afrodescendiente originario del Valle del Chota, Ecuador que se encuentra en los límites de las provincias de Imbabura y Carchi. Es un ritmo creado por la mayoritaria población afro-ecuatoriana de esa localidad. Usualmente se la toca con tambores junto con instrumentos de origen español o mestizo como son la guitarra, el requinto o el guiro. En ritmo y velocidad puede variar desde un tiempo ligero bailable hasta una intensidad veloz típica de muchos ritmos africanos o afro-americanos en donde destaca el ritmo y la percusión así como el movimiento de cadera y el bailar pegado en formas eróticas. Otra variación es la llamada Banda Mocha que en sus inicios estuvo compuesta por instrumentos rudimentarios como hojas de naranjo, flautas, machetes, bombo y cornetas hechas de calabazo seco, además de puros, pencos, peinillas, etc.
Es un ritmo que acompaña las fiestas diversas en el Valle del Chota y es muy escuchado especialmente en la Sierra Norte del Ecuador desde Carchi, Imbabura hasta la ciudad de Quito donde existe una fuerte comunidad afro-choteña. En el resto del país tiene menos difusión aunque en tiempos recientes ya se lo puede escuchar en otras partes del país y es escuchado también por indígenas y mestizos.